La Navidad empezó a celebrarse como tal en el siglo IV, durante la época del emperador Constantino, que fue el primer emperador romano cristiano y que también unió el “día del sol pagano” (el primer día de la semana) y el sabbath (el día santo de los cristianos) creando lo que ahora llamamos domingo.
Nochebuena es la celebración «previa» al nacimiento de Jesús que se celebra propiamente el 25 de diciembre y que, aunque nadie sabe a ciencia cierta cuando nació, tradicionalmente asociamos ese acontecimiento a esta fecha.
Aunque las tradiciones para Nochebuena varían de país en país, lo que se suele organizar es una gran cena que reúne a toda la familia. En ese sentido, el interior de los hogares para esta fecha ya está «temáticamente» decorado para la ocasión, con el árbol navideño y los regalos a sus pies.
Al día siguiente, o sea el 25, después de Nochebuena, lo que se hace es dedicar el día al descanso y la contemplación, se visitan los familiares y se comparte tranquilamente. En España en concreto, hasta tres y cuatro generaciones se reúnen en esta celebración y no suelen faltar velas para purificar, iluminar y fecundar ilusiones y esperanzas.
En este cálido ambiente familiar, sin prisas y en animada conversación, se disfruta de los mejores manjares dispuestos para la ocasión. Al son de los villancicos damos buena cuenta de productos tradicionales como turrones, mazapanes, roscos de vino, alfajores, polvorones, peladillas y el sin fin de dulces navideños con los que esta entrañable fiesta nos deleita.
La Navidad es una de las festividades más importantes del cristianismo junto con la Pascua de resurrección y Pentecostés, que se celebra el 25 de diciembre en la Iglesia Católica, en la Iglesia anglicana, en algunas comunidades protestantes y en la Iglesia ortodoxa rumana, haciéndolo otras tradiciones en otras fechas.
Es en esta época del año en donde se conjugan diferentes tipos de emociones, mezclándose la tradición, la fe, el folklore, la gastronomía, etc. En diferentes iglesias se preparan variadas actividades para recordar el nacimiento de Jesús.
EL ÁRBOL
Cuando en invierno los árboles perdían sus hojas, los germanos los vestían para que los espíritus buenos que en ellos habitaban regresaran pronto. Los adornos más comunes eran manzanas o piedra pintadas, siendo ése el origen de los actuales adornos. Las bolas de cristal se incorporan alrededor de 1750 en Bohemia.
Buena parte de la tradición del árbol de Navidad, en cambio, tuvo su origen en una leyenda europea sobre la que comentaremos en otra ocasión. Hoy, tanto Papá Noel, como el arbolito y el pesebre son símbolos universales de la Navidad. Tan universales como la costumbre de desearles a tod@s unas felices fiestas.
Felices Fiestas navideñas.