El Casco de Granadilla viene padeciendo en los últimos meses una ola de robos con fuerza y violencia, habiendo sido afectados por esta proliferación de atracos todo tipo de inmuebles (viviendas, centros públicos y privados e incluso la iglesia parroquial) y alguna zona pública, lo que ha causado una enorme preocupación entre los vecinos y empresarios de la zona.
Según manifestó el pasado día 15 un empresario al periódico El Día, “lo más preocupante es la sensación de ‘brazos caídos’ que se percibe en la Policía Local y la Guardia Civil para intentar frenar esta oleada de delincuencia”.
El robo con daños en la iglesia de San Antonio de Padua ha sido el último episodio de esta serie de delitos, tras haberle ocurrido lo mismo la semana anterior al Centro de Mayores Proteregra donde robaron ordenadores, comida y calderos de grandes dimensiones. Otro de los robos con fuerza fue el que se registró recientemente en el Casino, donde los ladrones entraron tras forzar la puerta.
Hace varios meses, en el barrio de Santa Lucía situado en la parte alta del Casco, dos individuos tocaron a la puerta de una señora mayor y, cuando ésta les abrió, la empujaron, la golpearon y le robaron dinero.
En la madrugada del 14 de noviembre, dos jóvenes fueron detenidos por la Policía Local tras entrar en la casa de un vecino al que golpearon con una silla en la cabeza cuando éste los descubrió y les hizo frente. El vecino dio la descripción de los delincuentes y estos fueron arrestados por la Policía Local cuando huían. Días antes había ocurrido un caso similar en otra vivienda próxima que acabó con una brutal paliza que dieron ‘los amigos de lo ajeno’ a su propietario.
La urbanización de Los Hinojeros es otro ejemplo reiterado de vandalismo, pues durante los últimos años muchas de sus viviendas sin habitar están sido sistemáticamente desvalijadas de forma casi impune, sustrayendo puertas, ventanas, cableado y cualquier otro objeto de valor. Hace más de un año que vecinos de esa zona vienen denunciando esta preocupante situación sin que nadie aún le haya podido poner freno.
Aún está presente en muchos vecinos del Casco la conmoción que en julio del pasado año supuso la sustracción de la escultura de bronce del Hermano Pedro que estaba en la plaza del Ayuntamiento, supuestamente para ser vendida por piezas en alguna chatarrería.
A mediados del pasado mes de noviembre, la Policía Local tuvo que reforzar su presencia en el Casco para intentar frenar estos delitos al tener conocimiento de que se estaban registrando muchos robos, pero no han podido evitarse y, cuando se ha conseguido detener a los delincuentes para ponerlos a disposición judicial, éstos son enseguida puestos en libertad por el Juez. Todo ello indica que los autores de algunos de estos delitos están perfectamente identificados, pero sin embargo siguen ‘campando a sus anchas’.
En vista de la situación, la Concejala de Seguridad del Ayuntamiento, Guacimara González, ha solicitado a la Subdelegación del Gobierno la celebración de una junta local de seguridad con el fin de unificar y coordinar esfuerzos entre la Policía Local y la Guardia Civil para poder atajar el problema.