56 años de la catástrofe del antiguo Convento Franciscano de San Luis Obispo

21 Mar, 2019 | Sociedad, Sucesos | 0 Comentarios

Como es costumbre, y en su recuerdo, cada año se realiza una ofrenda floral al pie de la plancha de mármol en la que figura los nombres de las 24 personas fallecidas en la catástrofe ocurrida en el antiguo Convento Franciscano del Casco de Granadilla de Abona el 3 de febrero de 1963. Como también viene siendo habitual en LaRendija.es cada año por el mismo motivo, en esta ocasión reproducimos dos artículos que sobre este trágico acontecimiento se publicaron el 16 y el 25 de abril de 2016.

El del día 16, publicado por La Opinión de Tenerife con el titular La trampa mortal del convento’, decía:

« Un numeroso grupo de vecinos se había concentrado en el que fuera el cuartel de San Francisco, en Granadilla de Abona, para sacar el carné de identidad. También fue convento franciscano pero en ese momento, el 3 de febrero de 1963, era Casa Consistorial y Juzgado de Partido. Un equipo del Ministerio del Interior había viajado hasta el municipio sureño para repartir DNI entre la población. Era domingo y la hora de comer, las 14:35 horas, pero aún así seguía entrando gente para aprovechar la presencia de los funcionarios pero, también, para protegerse del mal tiempo. «Llovía y granizaba copiosamente y muchos transeúntes se refugiaron en el inmueble», escribió Emiliano Guillén Rodríguez, cronista oficial de Granadilla de Abona, que estima que habría unas 1.300 personas.

De repente, parte del corredor superior del claustro, precisamente donde se había acomodado el equipo del Ministerio, cedió y se vino abajo. Según el cronista, «el estruendo de los materiales y personas que cayeron al patio interior sobre los congregados desató entre los presentes una situación de incertidumbre y pánico general que degeneró en tragedia, produciéndose, por esta causa, tan elevado número de víctimas». La mayoría de ellas murieron por asfixia y aplastamiento en torno al descansillo de la escalera que daba acceso a la calle. Los heridos superaron el centenar y los muertos fueron 24.

En Tenerife jamás había ocurrido una tragedia que afectara a un edificio de viviendas como el ocurrido el jueves en Los Cristianos. Pero sí está este suceso que afectó al convento y sede del Ayuntamiento granadillero. Es el derrumbe con más víctimas de la historia de la Isla. Tras la catástrofe se activó un dispositivo de ayuda y se desplazaron a Granadilla ambulancias, Cruz Roja, Guardia Civil, equipos médicos, voluntarios de Santa Cruz, La Laguna y otros lugares para asistir a los damnificados y trasladar a los heridos a distintos centros sanitarios… El pueblo granadillero colaboró ofreciendo sus casas, cocinas, mantas, calor humano y todo cuanto dispone. Las avionetas del Aeroclub de Tenerife de inmediato trataron de participar pero la adversidad climática reinante les impidió volar. Un avión de la compañía Tassa tomó tierra en el aeródromo de El Médano con el médico del aeropuerto para trasladar heridos graves, relató Emiliano Guillén.

Según una nota del Ayuntamiento redactada en 2013 con motivo del 50 aniversario de aquella desgracia, después de una noche larga, gris, fría y triste, al día siguiente, un multitudinario desfile de féretros y personas recorrió la arteria central de la Villa camino del cementerio de Acojeja, en el que se estimaron unas 20.000 personas las asistentes al sepelio. 53 años después de aquel lamentable suceso, el pueblo de Granadilla sigue agradeciendo a todos los que estuvieron altruistamente a su lado en aquellos momentos tan difíciles. Es algo que jamás olvidarán. »

Así quedó parte del convento de Granadilla tras el derrumbe de 1963.

El artículo del día 25, redactado por Norberto Chijeb y publicado por Diario de Avisos con el titular ‘La trampa mortal del viejo convento de Granadilla’ y la entradilla ‘El domingo 3 de febrero de 1963, bajo una granizada, 24 personas perdieron la vida asfixiadas por aplastamiento cuando trataban huir del desplome de un corredor donde se expedía o renovaba el DNI a los habitantes de Granadilla y otros municipios chasneros’, decía:

« Quitando los accidentes aéreos sufridos en la Isla, donde seguimos manteniendo el triste récord mundial de los 583 muertos en Los Rodeos en 1977, el fallecimiento de 24 personas (18 mujeres y 6 varones) en el convento de Granadilla, por aplastamiento, ha sido el suceso con más víctimas desde el siglo pasado en Tenerife.

Sucedió hace 53 años, el domingo 3 de febrero de 1963, en el Convento Franciscano de la Villa, entonces Casa Consistorial y Juzgado de Partido, cuando se produjo el fatídico incidente a consecuencia del derrumbe de parte del inmueble. Según relata el cronista oficial de Granadilla de Abona, Emiliano Guillén, eran las 14.35 horas, cuando el pueblo de Granadilla sufre la peor catástrofe de su historia, no sólo por el abultado número de víctimas (ese día 23 y posteriormente 24), sino también por las circunstancias en que perecieron. En las viejas instalaciones del ex-cuartel de San Francisco, se había concentrado un estimable número de personas con la finalidad de obtener su carnet de identidad, porque hasta el municipio se había trasladado un equipo de policías de Santa Cruz.

En aquella hora llovía y granizaba copiosamente y muchos transeúntes se refugiaban en el inmueble. Se estima en unas 1.300 personas las que se encontraban en el interior del ya longevo caserón en el momento en que cede parte del corredor superior del claustro, precisamente donde se hallaban instaladas las mesas de expedición del carnet. El estruendo de los materiales y personas que cayeron al patio interior sobre los congregados desató entre los presentes una situación de incertidumbre y pánico general que degeneró en tragedia, produciéndose, por esta causa, tan elevado número de víctimas, 24 muertos y un centenar de heridos. La mayoría de ellas murieron por asfixia y aplastamiento en torno al descansillo de la escalera que daba acceso a la calle, mientras un policía local lograba abrir una de las hojas de la puerta que estaba anclada.

Conocida la terrible noticia, se activa un dispositivo de ayuda hacia Granadilla; ambulancias, Cruz Roja, Guardia Civil, equipos médicos y voluntarios parten de Santa Cruz, La Laguna y otros lugares hacia Granadilla a través de la vieja carretera del Sur para asistir a los damnificados y trasladar a los heridos a distintos centros sanitarios. El pueblo granadillero colabora ofreciendo sus casas, cocinas, mantas, calor humano y todo cuanto dispone. Las avionetas del Aeroclub de Tenerife de inmediato tratan de participar, pero la adversidad climática reinante les impide volar. Un avión DC-3 toma tierra en el aeródromo de El Médano con el médico del aeropuerto para trasladar heridos graves.

Después de una noche larga, gris, fría y triste, al día siguiente, un multitudinario desfile de féretros y personas -se estimaron unas 20.000 personas en el sepelio- recorrió la arteria central de Granadilla camino del cementerio de Acojeja.

Isidro Pitti, exconcejal: “Nos pasamos toda noche caminando de velatorio en velatorio”

Isidro Pitti, que entonces tenía 30 años, era en aquel trágico año concejal de Cementerio, Parques y Jardines y recuerda con memoria fotográfica aquel día. “Casi todos murieron asfixiados por aplastamiento, tras caerse el corredor y querer huir todos por una puerta de apenas 80 centímetros de ancho”, añadiendo que “allí había familias enteras, de todas las edades, sobre todo mujeres, que querían sacarse por primera vez el carnet”, recordando “a la familia Vidal, de Chimiche, cuyo sobrino es hoy el Jefe de Gabinete del Alcalde”.

Isidro Pitti entiende que muchos no quieran recordar aquel suceso, porque “casi todos eran vecinos conocidos” y aquella noche “nos pasamos caminando por todos los barrios de velatorio en velatorio”. »

La calle principal de Granadilla se convirtió en un río de gente, unas 20.000 personas / DA

En 2013, con motivo del 50 aniversario del suceso, El alcalde Jaime González Cejas manifestaba a los medios que “se conmemora medio siglo de un lamentable incidente que forma parte ya de la memoria colectiva y la crónica negra de la historia de Granadilla de Abona; por ello, creemos que es de justicia la celebración de un emotivo acto en honor a los fallecidos, a sus familiares y al pueblo granadillero». En este sentido y en respuesta a las palabras del alcalde, el ciudadano Victoriano Díaz Marrero recordaba con nitidez ese día con el siguiente comentario:

« En aquel lluvioso día nos encontrábamos el grupo de amigos de la infancia (yo tenía 12 años) esperando a que llegara doña Pastora (la mujer de don Ambrosio García Díaz) para comprar las entradas en el Teatro Cine Gardi y disfrutar, como cada domingo, de la matiné. Casi siempre eran películas del Oeste o de Romanos y recuerdo que la entrada costaba 5 pesetas. No tardó mucho doña Pastora en llegar y comunicarnos que esa tarde no había cine porque había ocurrido un accidente en el Convento. Y que nos fuésemos para casa. Así lo hicimos y al llegar a casa ya nuestros padres nos comunicaron la terrible catástrofe. Aunque han pasado 50 años jamás olvidaré el sentimiento de dolor de aquel gentío que al día siguiente acompañaba a las víctimas hasta el cementerio de la montaña de Acojeja, justo al lado del antiguo campo de fútbol. Fue el día más triste en la historia de Granadilla.

Comparto lo manifestado por el Alcalde, como reconocimiento y recuerdo hacia las personas que fallecieron tan trágicamente en aquel aciago día. »

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